Recuerdo ese ayer,
que escribía con mis dedos sobre el asfalto,
antes que el tiempo endureciera el camino,
antes que el tiempo ablandara mis pinceles.
Un ayer,
lleno de formas y sonrisas,
de lagrimas y adioses,
de libros que narraban,
de cuentos que escuchabas,
de poemas que decían,
de aquellos poetas que acompasaban,
el ritmo de alguna canción,
de protesta, de indiferencia, de amor,
de ira o de ilusiones perdidas.
Un ayer,
con portadas de plástico,
y con hojas de piel,
escrita poro a poro,
narrada centímetro a centímetro,
valorada en todo su contexto,
explicada en todas las formas posibles,
que puedan existir,
que puedan comprender,
que puedan descubrir.
Un ayer,
marcado en mi calendario mental,
con todas las onomásticas, cumpleaños y santos,
con todos aquellos momentos mágicos,
y de las grandes catástrofes,
y las pequeñas cosas que me hacían sentir bien
y las a veces mentiras,
que me hacían sentir genial.
Un ayer,
que lleva la firma de hoy,
y la nostalgia y el sabor de un futuro intangible,
de un futuro invisible,
de un futuro pensado con ilusión.
Autor: Fco. Peiró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario