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jueves, 22 de octubre de 2009

Todo empezó



Todo empezó,
como un cuento para niños,
con escenas censuradas para adultos.

Era un lago azul,
donde antes habia un Paraiso,
y ahora es la calle de enfrente,
donde ella y el, eran jovenes,
donde ella y el, ahora me son heroes.

Era un palacio, con ventanas de piedras,
porque aun no se habia concebido el cristal.

Era un infierno, aquel chalet en medio de dos batallas.

Era un aplauso que sin venir a cuento,
aplaudia la ejecución del verdugo encapuchado,
el que cortaba cabezas con su hacha
el que amputaba manos con sus espadas,
el que ahorcaba personajes ateos y brujos,
con su mirada.

Era un palacete, lleno de princesotas,
de curas, arzobispos, y si queda un lugar,
un esbozo, una lamina, un pergamino,
un cuadro, mucho oro y algun ladroncete.

Era un verano, aunque no se me el año,
aunque se me ha olvidado la canción,
aunque se me ha hecho tarde,
para ver la ejecución.

Era un pastor con sus rebaños,
un cura con sus feligreses,
un milagro en paquete de a diez,
un milagro que regala a los que se creen ricos,
lo que no pueden entender los pobres.

Era un aldea, una choza,
una holgaza de pan con puertas y ventanas,
un trozo de pan duro como carretera,
una via de escape en caso de apuro,
una via de tren en caso de un viaje.

Francisco Peiró

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