Se me escapan los poemas,
como anhídrido carbónico,
en mi síntesis verbal.
Se me escapa el tren,
aunque no llevo boleto de ida.
aunque no llevo boleto de ida.
Se me escapa un pensamiento,
que puesto con gracia,
puede ser muy cañero.
que puesto con gracia,
puede ser muy cañero.
Se me escapa otro pensamiento,
que a plazo fijo,
puede ser un ahorro certero.
que a plazo fijo,
puede ser un ahorro certero.
Se me escapa la vida,
entre los pliegues de la muerte.
entre los pliegues de la muerte.
Se me escapa la soberbia,
entre tanta melancolia.
entre tanta melancolia.
Se me escapa la altivez
ante tanta soberania.
ante tanta soberania.
Se me escapan los temores,
para atrincherarse entre los miedos.
para atrincherarse entre los miedos.
Se me escapan los años,
pero aun me quedan minutos de reserva,
pero aun me queden horas de conciencia,
pero aun me quedan meses de convalescencia.
pero aun me quedan minutos de reserva,
pero aun me queden horas de conciencia,
pero aun me quedan meses de convalescencia.
Se me escapa la fe, entre rezo y rezo,
se me escapa el amor, entre lucha y lucha.
se me escapa el amor, entre lucha y lucha.
Se me escapa un precioso instante
por un bello momento.
por un bello momento.
Se me escapa el femenido de la fe,
que es la fa mayor.
que es la fa mayor.
Se me escapa un pensamiento,
impregnando de tinta sobre el papel,
humedeciendo la vida con mis lagrimas.
impregnando de tinta sobre el papel,
humedeciendo la vida con mis lagrimas.
Francisco Peiró
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