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jueves, 22 de octubre de 2009

Desdela distancia



Desde la distancia de la seriedad y la inocencia,
hasta llegar a la intermitencia de una sonrisa,
hay quizas una vida entera para aprender.

Aunque ahí quien no aprende nunca,
y deja desperdiciar su vida,
y deja despedigar sus simientes,
sin plantar en tierra firme,
sin gozar en compañía de alguien.

Alguien que le aporte frutos,
alguien que le sirva de guia,
alguien que le empuje hacia el triunfo,
alguien que le aparte de la nada.

Aunque ahí tambien los que lo saben todo,
los que nunca les falta de nada,
los que han triunfado nada mas salir del cascarón,
los que siguen vivos gracias a una politica especial,
gracias a un manual privado de supervivencia.

Desde la distancia del saber y escuchar,
hasta llegar a la obediencia y la sabiduria,
hay un proceso largo de concentración.

Aunque los retales se vuelvan harapos,
aunque la cera se convierta en miel,
aunque las arrugas nos descubran las manos,
aunque los olvidos nos dejen sin la nostalgia,
aunque los ruidos maten el silencio,
seguiré mi camino marcado,
seguiré mis reglas de oro,
seguiré mi obediencia y sumisión.

Aunque la luz deje de ser enemiga de la oscuridad,
aunque las caricias sean armas mortales,
aunque los besos se disparen,
y las palabras adornen sus imágenes, sus colores,
seguiré siendo lo que fui,
seguiré siendo un ruiseñor,
seguiré siendo una palabra por decir,
un acento por puntuar,
un suspiro por sentir.

Francisco Peiró

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