El lago nunca se acaba de llenar, |
los ríos de brazos húmedos, |
llegan al mar, |
y el mar que parece que acabe en horizonte, |
sigue dando vueltas en la esfera terrenal. |
Los colores ponen la moda, |
la temperatura paga su precio, |
la luz se apaga, |
el amor se deshiela, |
las letras se publican, |
las frases se desparraman, |
y dos huevos nacen a la vida, |
en un gesto de naturaleza y libertad. |
en su nido adherido a la arboleda, |
de unos pinos que el viento hace rugir. |
Mi paisaje, |
es un paraje hambriento de caminos, |
sediento de ríos, |
erosionado de cuevas, |
rellenado de amapolas, |
que intenta picotear, |
con sus tonos rojos, |
nuestras retinas mironas. |
Más abajo, |
cerca del suelo, |
donde el otoño, |
amontona de hojas secas y muertas, |
el pasillo de los andares, |
la carretera de los caminos, |
duerme el silencio, |
mecido por un frío, |
nacido por la humilde humedad. |
Mas arriba, |
el cielo dibuja unos pájaros que vuelan, |
unas nubes retocadas en ultimo momento, |
un avión que cruza firmando con su motores, |
un trocito de firmamento. |
Autor: Fco. Peiró Gimenez |
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miércoles, 15 de junio de 2011
Mi paisaje
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