Miedo me da,
ser bueno, porque conlleva ser frágil,
ser pensador, porque lleva ápices de tristeza,
ser hábil, porque a la minima tropieza,
ser trovador, aunque la rima no me rime.
Miedo me da,
que me veas como soy,
que me veas desnudo y no te guste,
que me veas despierto y no te guste,
que me veas cabal y no te guste,
que me veas realmente como soy y si te guste.
Miedo me da,
de vivir con caducidad,
de ser humano solamente,
de perder la inmortalidad por una sonrisa,
de perder mis riquezas,
sobre todo las que nunca tuve.
Miedo me da,
creerme acueducto
y ser tan solo un arco de triunfo.
Miedo me da,
que el miedo solo sea temor,
que mis manías solo sean fobias,
que mi vejez solo sea temor de alma,
que mi testarudez acabe con la faz de la tierra.
Miedo me da,
que la luna no exista,
que el sol sea un pretexto,
que las estrellas sean manías,
que los satélites nos vigilen,
que los planetas sean más de diez.
Miedo me da,
que nadie entienda mis locuras,
que nadie atienda cuando llamo a la puerta,
que nadie comprenda de que está hecho mi nombre,
que nadie se sorprenda cuando le dé
una palmada en la espalda.
Autor: Fco. Peiró.
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