Callaría,
aun teniendo la razón,
si con ello fluyesen ríos de paz,
si con ello ganase tu sonrisa,
si con ello lograse que una nube del cielo,
dejara pasar los rayos del sol.
Callaría,
aun estando solo,
si mi soledad fuese sabia,
si mi locura fuese discreta,
si mi hermosura fuera real,
si mis poemas no fuesen de cristal,
si mis palabras no fueran caprichosas.
Callaría,
si cambiara mis palabras por caricias,
si tus besos me hicieran cerrar mis ojos,
si tus besos hoy sellaran mis labios,
si tus besos mañana siguieran junto a mi.
Callaría,
si el rumor de un trueno,
dejara emanar la lluvia fina,
sobre nuestras mágicas mejillas.
Callaría,
si la tumba donde vivo,
solo tuviera enterrados
nuestros malos momentos,
nuestros ecos del pasado,
nuestras tristezas del presente,
nuestras lamentaciones del futuro.
Callaría,
si me quedaran,
tan solo dos días de vida,
para oír el sonido del silencio,
el caminar de las hojas,
el lenguaje de la escritura,
el olor de los buenos libros,
el sabor de una buena lectura…
Autor: Fco. Peiró.
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