Te miro
porque la lluvia no para de gritar
tu nombre,
porque los nidos de los árboles,
tienen todos tu color.
Porque la soledad a veces es llanto,
porque el amor siempre es vida,
siempre es luna, siempre es sol.
Te miro
desde la admiración
por ser persona,
por ser humana,
por ser distinta,
por ser mujer.
Te miro
desde mi madriguera,
tras mi cuerpo de lobo,
tras mi hocico y mis colmillos,
tras mis garras,
tras la ocurrencia
de un hombre cabal.
Te miro desde ese pedestal
donde mi imaginación te coloca,
en una noche loca,
donde corrieron aplausos, velas
y copas,
donde sucumbieron
lagrimas, temores y angustias.
Te miro
desde este barro de colores
que han pintado el día y la noche.
Autor: Fco. Peiró Gimenez .
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