Mis temores,
son la carne y las palabras.
Mis pecados,
el pasado y mi silencio.
Mis virtudes,
mirarte sin que me veas,
amarte sin que tu me ames,
quererte sin que tu me odies.
Mis proyectos,
maquillar el futuro como si fuese el presente,
creer que el pasado solo ha sido un sueño,
donde yo era su protagonista.
Mis deseos,
no despertar sin ti a mi lado,
que mi almohada tenga tu cuerpo humano,
húmedo y poroso,
bello y esponjoso.
Mis recuerdos,
diez dedos que escriben,
sobre las sabanas,
dos brazos que recitan,
dentro de tu corazón,
dos labios que besan tus labios,
dos besos y que cada uno de ellos
tenga siempre la razón.
Mi destino no tiene final,
no tiene camino,
no tiene piel,
es un acaba y vuelta a empezar,
y empieza para nunca terminar.
Mi epitafio,
un trozo de mármol hecho con sonrisas,
un ataúd hecho con tus caricias,
las flores versos humanos,
cosidos junto a tus pétalos.
Autor: Fco Peiró Gimenez
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miércoles, 9 de marzo de 2011
Cuerdas mentales
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1 comentario:
Excelente!
Cuanta sensualidad...
Bravo poeta!
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