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martes, 15 de noviembre de 2011

El final de un invento


Es el final de un invento llamado amor,
el dolor que produce una ruptura,
el desconcierto que producen unas lagrimas,
que desprenden parte viva de ti.

Es el holocausto en pastillas,
el sentimiento en capsulas,
el remordimiento en supositorios.

Es un mal paso, mal calculado,
una experiencia irrepetible,
un no rotundo indiscutible,
una aberración que te has vuelto adicto,
una revolución en la que mueres,
una conclusión a la que todos los seres,
debieran de llegar.

Es lo que es,
aunque le des mas vueltas,
aunque patalees,
aunque mordisquees tus uñas,
aunque borres tus huellas,
aunque seques tus lagrimas,
e intentes hacer ver a los demás que eres feliz.

Quizás,
porque la felicidad es un trastorno psíquico,
que crees en lo que crees,
pero que en realidad no es lo que es.

Porque,
porque hacemos montañas de castillos,
idealizando a nuestras parejas,
porque creemos y pretendemos ser,
esos príncipes que ellas creen que somos,
porque soñamos despiertos,
y lloramos dormidos.

Porque, nuestras emociones nos juegan malas pasadas,
porque lo que hoy tenemos entre las sabanas,
mañana se ha convertido en la nada,
porque el perfume que desprendes de mi almohada,
hoy solo huelo el aroma de la soledad.

Porque el amor dura lo que dura,
como la vida, como un helado, como un pensamiento,
como un color, como una mirada, como una voz,
Autor: Fco. Peiró Gimenez
(c)Todos los derechos reservaos

1 comentario:

omar enletrasarte dijo...

y no hay vuelta,
el amor dura lo que dura..
Excelente poema,
un saludo