Érase una vez, mi hija Vanessa, |
una princesa que creció y creció, |
hasta volverse mujer, |
reina de la sonrisa, |
más humana que una caricia, |
más preciosa que el perdón, |
más soñadora de lo que nunca seré yo, |
guerrillera por carácter, estirpe |
o por simbiosis |
y por tener la facultad de haber nacido mujer. |
Érase una vez, mi nieto Erik |
un principito, como un pulgarcito, |
que nació un día, |
lleno de vida, de alegría y de luz, |
ahora empieza ya a hablar |
y cada vez que me dice yayo |
y me intenta explicar, |
me llena el corazón de vida |
y mi vida de libertad. |
Érase una vez, que estas dos semillas |
de mi vida, |
estas dos flores sin jardin, |
estas dos obras sin pintar, |
han dado sentido a mis caminos, |
y desde aquí bajo estas letras, |
y una de mis mejores sonrisas, |
quiero decirles lo mucho que los quiero |
y que les deseo que la vida |
les de siempre buenas noticias. |
con caudales de felicidad. |
Autor: Fco. Peiró Gimenez |
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lunes, 23 de mayo de 2011
Erase una vez
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1 comentario:
ESTE POEMA ES MUY TIERNO FRANCISCO, ME ENCANTÓ!!
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