
| Érase una vez, mi hija Vanessa, |
| una princesa que creció y creció, |
| hasta volverse mujer, |
| reina de la sonrisa, |
| más humana que una caricia, |
| más preciosa que el perdón, |
| más soñadora de lo que nunca seré yo, |
| guerrillera por carácter, estirpe |
| o por simbiosis |
| y por tener la facultad de haber nacido mujer. |
| Érase una vez, mi nieto Erik |
| un principito, como un pulgarcito, |
| que nació un día, |
| lleno de vida, de alegría y de luz, |
| ahora empieza ya a hablar |
| y cada vez que me dice yayo |
| y me intenta explicar, |
| me llena el corazón de vida |
| y mi vida de libertad. |
| Érase una vez, que estas dos semillas |
| de mi vida, |
| estas dos flores sin jardin, |
| estas dos obras sin pintar, |
| han dado sentido a mis caminos, |
| y desde aquí bajo estas letras, |
| y una de mis mejores sonrisas, |
| quiero decirles lo mucho que los quiero |
| y que les deseo que la vida |
| les de siempre buenas noticias. |
| con caudales de felicidad. |
| Autor: Fco. Peiró Gimenez |
1 comentario:
ESTE POEMA ES MUY TIERNO FRANCISCO, ME ENCANTÓ!!
Publicar un comentario