Es un fruto prohibido
con el que todo el mundo se deleita.
Es el rumor, el cotilleo, el chafardeo,
la falta de clase,
la ausencia de educación,
el infligir las reglas,
el olvidar las leyes,
el salir airoso de empresas
a las que nadie se atreve a retar.
Es el fruto prohibido,
que produce el sabor de una palabra,
el eco de una frase,
la sombra de un párrafo,
las secuelas de una lección.
Es el rumor, que se alista,
el perdón capitalista,
el sermón de la montaña,
la dulce y mitad entera amargura.
Es la nostalgia que se olvida,
la paz que se consume,
los celos que nos matan,
la lluvia que humedece la lluvia,
la vida que abre otras vidas,
la ilusión que te abre nuevos mundos,
nuevos sueños,
nuevos calores,
nuevos retoños,
nuevos deseos.
Es el fruto prohibido,
de la inteligencia mal llenada,
de la ignorancia sin compartir,
de los panes duros por el tiempo,
de los corazones blandos por la bondad,
por el amor,
por la comprensión,
por la dulce rutina de lo bien hecho,
por la dulce mirada de todo lo que comporta amor.
Autor: Fco Peiró Gimenez
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domingo, 14 de noviembre de 2010
Fruto prohibido
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