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martes, 4 de mayo de 2010

Un retoque a la felicidad


"Magia del momento"
Pintura de propiedad Sr Teo Revilla Bravo

Parece mentira,
lo que llega a dar de si una caricia, un beso, una sonrisa, una intesa mirada,
todo ello son componentes basicos de la felicidad,
el equilibrio del alma,
todo su conjunto forman el arco iris de la ilusión,
son como una cordillera que unen todos los sentimientos positivos,
que avivan el calor en nuestro corazón.

Parece mentira,
como la vida, nos vuelve rocas hostiles, olas que destruyen la arena,
soledad que enturbia los espejos de los lagos,
convirtiendonos en seres borrosos e inanimados.

Parece mentira,
como los años, nos intenta matar,
a traves de esos temores, que quizas ya nos vienen de los cuentos de brujas,
que quizas nos vienen porque no queremos afrontar la realidad.

Ayer escuche, no recuerdo donde,
quizas salio de mi propio cerebro, un producto más de mi mente,
que la muerte es inexcusable, que todos llegamos a ella,
pero aun asi, no podemos estar con los brazos cruzados,
y dejar de vivir, de sentir, de volar, de soñar, de amar,
pensando que nos queda poco a mucho para que se nos lleve.

Ayer escuche, y no se si fue un sueño.
que la muerte, se nos lleva porque no creemos en nada,
o quizas porque somos tan buenos que nos merecemos
ese Paraiso tan lleno de hadas.

Ayer escuche, entre suspiros, entre llantos, entre una paz,
que me hacia sentir libre, ante una luz que hacia volver a ser niño,
que la muerte, no es más que otra vida, no es más que el reposo del guerrero,
el premio del luchador, el aprobado de quien se conforma,
y no lucha, y no se mueve, y no sabe encontrar alicientes para compartir.

Ayer escuche, quizas en el fondo del mar,
o en lo alto de un pino,
que la muerte es amante, de los locos soñadores,
y que llora cuando nos ve sonreir,
y que se aferra a nuestro corazón cuando no sabemos llorar.

Ayer escuche, mientras caminaba con una almohada bajo el brazo,
que me abandonabas a mi destino, que me dejabas sin vida,
y que se me llevaba la muerte.

Ayer escuche, de cuatro labios sin voces,
de seis miradas de tres pares de ojos,
que me ha llegado la hora, que me ha llegado el minuto,
de elegir camino, de ser historia, de luchar por el destino,
de volver a sentir, de volver a confiar, de volver a creer.

Y la muerte, !AY la muerte no te temo que me lleves!,
temo al dolor mas que a ti,
temo al desamor mas que a ti,
temo a que no me lloren si me llevas,
temo que nadie recuerde nunca lo que fui,
pero a ti, a ti muerte, un beso te doy,
porque cuando me lleves contigo, no me quitaras la vida,
sino que me daras la paz.


Autor: Fco. Peiró

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