Tengo silencio en mis oídos,
una paz, que me trae la noche,
y mis ojos ven en la oscuridad,
porque me he convertido en un búho,
en el guardián de la noche,
en el segurata de la oscura oscuridad.
Tengo paz en mi alma,
que según parece está cuida de mi,
a dos centímetros de mi cuerpo,
es una aureola de luz,
que pocos creyentes la ven,
aunque los que la ven tampoco se lo creen.
Tengo remordimientos del alma,
alucinaciones pasajeras,
temores que aparcan en doble fila,
sensaciones que no me atrevo a entender,
motivaciones que no se si voy a poder explicar.
Tengo guerra en los bolsillos,
calderilla en mi psicología,
frases hechas para salir del paso,
relojes de arena que no se pasan ni un gramo.
Tengo la salud casi perfeccionada,
de sonrisa fácil y lagrima húmeda,
de tacto suave y mentalidad frígida.
Tengo una suposición, una duda,
una ambigüedad, una loca locura,
una especie de hermosura que me toca a las diez,
tengo asignaciones de por vida,
tengo improvisaciones de por muerte,
tengo la dicha inflamada,
aunque la inflación anda escasa y por los suelos.
Tengo un talento escaso, en un mundo de excesos,
tengo una lucida amante que no viene en catalogo,
una mujer invisible que me ama,
una humana que tiene tacto humano,
una maniquí que me habla,
una especialista que me dobla,
una señora mayor que me triplica,
una sirena que me suena a todas horas.
Tengo Dioses que antes eran mendigos,
tengo dudas con respuestas especificas.
Autor: Fco. Peiró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario