Tanto temor a la muerte, |
y resulta que nos da más miedo vivir, |
abrir nuestros sentimientos, |
mirar a lo lejos, |
sonreír a los demás, |
decir buenos días, |
escuchar sin celos, |
amar sin recelos, |
sentir el sabor de la vida. |
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Realmente cuando nos damos cuenta, |
si nos damos cuenta es ya demasiado tarde, |
para sobrevivir. |
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Aunque está esa frase de que nunca es tarde, |
lo pasado, lo perdido, lo no vivido, |
ya no se puede recuperar. |
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Quizás la infancia, |
nos marcó la madurez, |
por tener padres muy duros, |
o por ser muy blandos. |
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Después está el primer amor, |
que si te falla te hunde una sintaxis emocional. |
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Hay empiezan nuestras primeras dudas, |
nuestros primeros temores. |
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!No hemos dado la talla! |
!Ya no somos perfectos!. |
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A lo largo de estos tres cuartos de vida |
que llevo aquí, en el planeta tierra, |
en este maravilloso mundo, |
cargado de paisajes maquillados, |
y de personajes artificiales. |
he aprendido a no entender, |
a confundir las cosas, |
a olvidar los nombres, |
a ponerle etiquetas a mis fracasos. |
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Peo aun así, sigo, erre que erre, |
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fallo que fallo… |
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Autor: Fco Peiró Gimenez |
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